viernes, 31 de octubre de 2014

Mindfulness: una forma diferente de meditación



       Mindfulness es una cualidad de la mente o más bien la capacidad intrínseca de la mente de estar presente y consciente en un momento determinado, en un momento en que cuerpo y mente se sincronizan totalmente en un instante de realidad presente.


       La atención plena significa prestar atención de manera particular, a propósito, en el momento presente, y sin juicio. Los practicantes del Mindfulness aprenden a prestar atención a propósito, mediante la práctica de una serie de ejercicios de meditación mindfulness y movimiento consciente. Con la práctica, se aprenden a ralentizar y detener el “parloteo” mental y las reacciones automáticas o habituales, experimentando el momento presente como lo que realmente es.

      Al practicar la atención plena, todo el mundo, por mucha experiencia de práctica que tenga, va a experimentar la aparición de pensamientos emergentes sin ser invitados. Esto es correcto, es lo que hace nuestro cerebro habitualmente, pero la manera en que respondemos a ello es lo realmente importante.

     Desde el punto de vista psicológico nos es imposible observar objetivamente lo que sucede en nuestro interior si al mismo tiempo no aceptamos la ocurrencia de nuestros diversos estados mentales. Esto es particularmente verdadero en el caso de estados mentales desagradables; por ejemplo, para poder observar nuestro propio miedo debemos aceptar el hecho de que tenemos miedo. No se puede examinar algo de manera total si estamos ocupados tratando de rechazar la existencia de ese algo. Cualesquiera que sean las experiencias que se tengan, el estado de conciencia pura simplemente lo acepta, es simplemente otro fenómeno vital, otra cosa de la que hay que estar percatado.
    Si nos ponemos a pensar en el pensamiento, o nos molestamos con nosotros mismos por no ser capaz de retener nuestra atención, esto nos está impidiendo prestar atención y nos aleja del momento presente. Si nos limitamos a reconocer el pensamiento y lo dejamos ir sin juicio, podremos mantener nuestro enfoque en estar en el momento presente.
    Al igual que con todas las nuevas habilidades, cuanto más lo practique, más fácil se vuelve. Cuanto más practicamos la atención, más se van a desarrollar las vías neurológicas en el cerebro asociadas con el desarrollo de la consciencia, lo que hace que sea más fácil estar plenamente en el momento presente.
   Al aprender a vivir el momento presente como lo que realmente es, desarrollamos la capacidad de pasar de las reacciones habituales, emocionales y fisiológicas, a menudo inconscientes, a los acontecimientos cotidianos, ver las cosas como son en realidad y responder a ellas con sabiduría en lugar de en piloto automático.


                                                                                                               Psicóloga:  Elena C. Domínguez

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