lunes, 29 de septiembre de 2014

CÓMO RECARGAR LAS “PILAS” Y LIBERARTE DE TUS PREOCUPACIONES EN EL DÍA A DÍA

       A menudo nos agobiamos porque no tenemos ni un minuto libre al día. Lo ideal sería que las 24 horas del día nos perteneciesen, pero a veces no queda más remedio que limitarse a programar algo de tiempo para nosotros mismos y obligarnos a frenar. Según un estudio el 62 % de los españoles reconoce estar agotado al final del día. Para evitarlo, vamos a exponer una serie de pautas para nuestro cuerpo, respiración y mente.
      
          Primero hay que actuar sobre lo más obvio: los músculos del cuello y los hombros suelen estar tensos, la mandíbula apretada, el entrecejo fruncidoNo hay nadie relajado con estas características. Para realizar una pausa de serenidad debemos alejar los hombros de las orejas. Notaremos alivio al instante con solo realizar este simple movimiento, ya que desactiva la tensión muscular. Además, con ello conseguiremos que la espalda se enderece, la postura mejore y el pecho se abra, de modo que el cerebro entienda que puede dejar de intoxicarnos con estrés. La segunda acción, es un repaso mental al cuerpo. Empezamos por estudiar las diferentes partes que componen nuestra cara: la mandíbula, las cejas. Luego las piernas, los brazos, la espaldaPodemos realizar este escaneo en cualquier momento y lugar.

      Completado el repaso mental, sugerimos otras formas de programar cinco minutos para uno mismo:
  1. Darse un masaje. Una forma al alcance de todos es el automasaje. Para acabar con el cansancio del día o en momentos de bajón, puede darse por el rostro y terminar aplicando una suave presión por la cabeza, colocando los pulgares a la altura de las sienes y los tres dedos siguientes reagrupados entre las cejas. Si es posible se aconseja utilizar siempre alguna loción.
  2. Hacer yoga. El solo hecho de tumbarse en el suelo ya produce un cambio en el estado de ánimo. Una vez tumbados en el suelo con una pequeña esterilla llevaremos las rodillas hacia el pecho y nos balancearemos hacia un lado y otro, masajeando suavemente las lumbares. Si disponemos de una pared libre a nuestro alcance podemos acercar la esterilla y colocar las piernas sobre la pared. Cerramos los ojos y nos relajamos, llevando la respiración al abdomen. Esta postura, reduce la tensión muscular y contribuye a restaurar el equilibrio del cuerpo.
  3. Fregar los platos. Con ello se propone convertir cualquier actividad cotidiana en una práctica de meditación.Mientras se lavan los platos, uno solo debe lavar los platos, lo que significa que está completamente atento a lo que hace, escribe Thich Nhat Hanh.Se trata de ser consciente de que estoy aquí, lavando estos cuencos, y siguiendo mi respiración, consciente de mi presencia, y consciente de mis pensamientos y acciones.
  4. Escribir. Antes de acostarse, anotar tres cosas agradables que ocurrieron a lo largo del día. Este es uno de los ejercicios favoritos de la psicología positiva. No hace falta que sean grandes hazañas: desde la sonrisa de la cajera del supermercado hasta la llamada inesperada de un ser querido. Lo importante es prestar atención a esos pequeños detalles, y no dejar que las cosas buenas de la vida (a menudo muy sencillas) pasen inadvertidas.
  5. El placer de comer una fruta con pepitas. Papaya u otra fruta similar que contenga pepitas puede resultar muy relajante, ya que lo más importante es hacerlo con la ceremonia que exige el proceso: se parte por la mitad la fruta y se retiran las pepitas una a una, con calma y dedicación. Para ello debes dedicarle concentración en cada uno de los pasos que realices, de tal forma que puedas relajarte mientras realizas dicha acción.
  6. Escuchar una canción favorita. Se trata de uno de los remedios más eficaces para transformar un estado de ánimo negativo y reducir el estrés. La música clásica es relajante justo antes de irse a dormir y ayuda a conciliar el sueño.
  7. Bailar. Cuando nos sentimos sin energía un remedio para aumentar nuestra vitalidad y contactar con nuestro cuerpo consiste en echar un baile al son que más nos agrade a cada uno. Además, con el simple hecho de bailar no solo recargamos las pilas sino que también movemos el esqueleto y nos ayuda a quemas calorías.
  8. Ejercicios de respiración. Uno de los ejercicios que te proponemos consiste en respirar en tres pasos, ya que favorece la concentración y restaura el equilibrio. A continuación te mostramos los pasos a seguir:
a) Nos sentamos con la espalda recta y vaciamos los pulmones. Con el pulgar, taponamos el orificio nasal derecho e inhalamos por el otro.
b) Cuando los pulmones estén llenos, sellamos el orificio izquierdo con el anular de la misma mano sin destapar el derecho. Retenemos la respiración.
c) Liberamos el pulgar y exhalamos solo a través del orificio derecho. Al terminar hacemos una pausa e inhalamos de nuevo, ahora por el izquierdo. Un ciclo completo de respiración incluye una inhalación y una exhalación por ambos orificios nasales. Realizamos diez ciclos y observamos la reacción del cuerpo.

Te animamos a que pruebes todas estas actividades y a que nos cuentes cómo te han ido.
Recuerda acudir a un profesional siempre que lo necesites, ya que muchos de estos ejercicios requieren ayuda de un personal cualificado para su mayor eficacia.
¡En nuestro centro estaremos encantados de ayudarte!
                                                        -  PSICÓLOGA VIRGINIA SANCHO MORAL -