Mindfulness
es una cualidad de la mente o más bien la capacidad intrínseca de
la mente de estar presente y consciente en un momento determinado, en
un momento en que cuerpo y mente se sincronizan totalmente en un
instante de realidad presente.
La
atención plena significa prestar atención de manera particular, a
propósito, en el momento presente, y sin juicio. Los
practicantes del Mindfulness aprenden a prestar atención a
propósito, mediante la práctica de una serie de ejercicios de
meditación mindfulness y movimiento consciente. Con
la práctica, se aprenden a ralentizar y detener el “parloteo”
mental y las reacciones automáticas o habituales, experimentando el
momento presente como lo que realmente es.
Al
practicar la atención plena, todo el mundo, por mucha experiencia de
práctica que tenga, va a experimentar la aparición de pensamientos
emergentes sin ser invitados. Esto es correcto, es lo que hace
nuestro cerebro habitualmente, pero la manera en que respondemos a
ello es lo realmente importante.
Desde
el punto de vista psicológico nos es imposible observar
objetivamente lo que sucede en nuestro interior si al mismo tiempo no
aceptamos la ocurrencia de nuestros diversos estados mentales. Esto
es particularmente verdadero en el caso de estados mentales
desagradables; por ejemplo, para poder observar nuestro propio miedo
debemos aceptar el hecho de que tenemos miedo. No se puede examinar
algo de manera total si estamos ocupados tratando de rechazar la
existencia de ese algo. Cualesquiera que sean las experiencias que se
tengan, el estado de conciencia pura simplemente lo acepta, es
simplemente otro fenómeno vital, otra cosa de la que hay que estar
percatado.
Si
nos ponemos a pensar en el pensamiento, o nos molestamos con nosotros
mismos por no ser capaz de retener nuestra atención, esto nos está
impidiendo prestar atención y nos aleja del momento presente. Si nos
limitamos a reconocer el pensamiento y lo dejamos ir sin juicio,
podremos mantener nuestro enfoque en estar en el momento presente.
Al
igual que con todas las nuevas habilidades, cuanto más lo practique,
más fácil se vuelve. Cuanto más practicamos la atención,
más se van a desarrollar las vías neurológicas en el cerebro
asociadas con el desarrollo de la consciencia, lo que hace que sea
más fácil estar plenamente en el momento presente.
Al
aprender a vivir el momento presente como lo que realmente es,
desarrollamos la capacidad de pasar de las reacciones habituales,
emocionales y fisiológicas, a menudo inconscientes, a los
acontecimientos cotidianos, ver las cosas como son en realidad y
responder a ellas con sabiduría en lugar de en piloto automático.
Psicóloga: Elena C. Domínguez